Por Demetrio Iramaín Le dolían las rodillas, pero no faltaba nunca. Menos que menos a la Plaza. Por largos años María de Gutman atendió el puesto de venta de periódicos y distribución de material mientras sus compañeras marchaban en la Plaza, cada jueves, incesantes. Antes y durante, fue la responsable del Archivo Histórico de la Asociación, junto a María del Carmen Berrocal. A ambas les fue asignada una tarea dura y fundamental: reunir el testimonio de denuncia de cada integrante del colectivo, en el que se detallaban las circunstancias de la desaparición de cada hijo o hija y todos los trámites realizados en su búsqueda. En un libro que transcribe las entrevistas que Hebe de Bonafini les hacía a sus compañeras en la primera parte de un programa radial, que emitía la propia radio de las Madres, María relató que algunas Madres no sabían cómo hacer para redactar los testimonios. “Lloraban, decían que no podían”, recordaba María. Pero ella las guiaba, con una sentencia. “Acá no se viene ...