Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2015

Permanente y sentimental de Walter Alvarez

Los recuerdos son una bola de voces. Walter Álvarez Verano del ’83. Conurbano bonaerense. Desde la terraza de una casa en Villa Tesei un niño de 11 años arroja discos de pasta. Es la hora de la siesta. Los padres están en el trabajo y el niño está completamente solo en la casa. No le gusta dormir la siesta. Entonces agarra un pilón de discos de pasta de su padre, la mayoría de chamamé melódico, y se escabulle a la terraza para lanzarlos de a dos o de a tres. Disparados al tuntún, sin plan, con ímpetu vengativo, los frisbees negros horadan el aire denso de la tarde. Desde ahí arriba los ojos del niño abarcan mucho cielo salpicado por nubes con contornos de firuletes. Los cables del alumbrado público trazan sus designios eléctricos entre las antenas y los tanques de agua. En los canteros los lazos de amor estallan con el calor, abriéndose paso entre los malvones y esa planta pinchuda de florcitas rojas cuya savia es muy parecida a la plasticola; el niño no sabe el nombre.