El debate por el presupuesto en la provincia de Buenos Aires traerá un sinfín de discusiones entre funcionarios del ejecutivo que conduce María Eugenia Vidal, legisladores de todas las bancadas e intendentes, producto de los recortes que el primer distrito del país sufrirá tras la aprobación del presupuesto nacional y los inequidades propias de la ley de leyes bonaerense, que viene a consolidar un régimen distributivo ya de por sí muy injusto. Sin embargo, más allá de todos los reclamos (legítimos) que vayamos a escuchar en las semanas que vienen, nuevamente tendremos como ausente a la gran discusión que los bonaerenses nos debemos desde hace décadas: la ley de coparticipación municipal, sancionada en 1987, retocada alguna que otra vez en estos 31 años y que tiene al Gran Buenos Aires como principal perjudicado de una distribución muy desigual. A pesar de las nuevas fuentes de recursos que se crearon para transferir hacia los municipios (juegos de azar, fondos de infraestruc