Soy un docente "hijo" del actual sistema. Empecé a dar clases cuando la EGB y el Polimodal ya estaban implementados con toda su furia. Lo sufrí en carne propia, porque de movida, cuando tomé mis primeras horas en un Noveno año (segundo de la vieja secundaria), me costó acostumbrarme a eso de tener que entrar a un edificio donde funcionaba una escuela primaria : los modos, las costumbres, el entorno. La Directora, una mujer amable pero salida de un sketch de Antonio Gasalla; la Portera, una vieja que escrutaba mi rostro con su mirada desconfiada y me preguntaba cuando pensaba afeitarme la barba. Las maestras, mujeres sacrificadas , algunas casadas con policías, otras solas. Los pibes. Muchachos con aspecto de conscriptos y comportamientos de squaters. Las chicas. Niñas madres algunas, Susanitas frustradas las más. Todos y todas conviviendo bajo un mismo techo, con criaturas que recién aprendían a jugar a la pelota o al elástico. Un experimento audáz, sin dudas. Este aquellarre...