Todas las localidades céntricas del conurbano tienen a su loco lindo. Por lo general, se trata de personajes que viven del cirujeo y la caridad callejera, algunos más amigable que otros. Aunque cada pago debe tener uno, yo apenas se del " locó José " en Hurlingham; del " Viejo Haedo " que canta tangos en la vereda (en Haedo, obvio); del " loco de los siete pantalones " en Avellaneda; y de Currinche , en Quilmes. Cuaquiera que alguna vez haya frecuentado la zona céntrica de Quilmes conoce al Churrinche, hombre con nombre de pájaro y alas de superhéroe. Flaco, petiso y desgarbado, Churrinche se ha ocupado a lo largo del tiempo de cambiar algunos apectos de su fisonomía: frecentemente se tiñe el pelo del color que le venga en gana. De hecho, en los noventa, tenía su lacio pelo largo platinado, y se parecía bastante al Kurt Cobain de Nevermind. Churrinche suele andar a pie, cargado con bolsas que llevan todo tipo de elementos curiosos. Se para a hablar con cua