Este blog es así (?) y cada tanto vuelve. Ya sea porque se le da la gana a su autor, porque lo pide (?) la gente, o porque hay necesidad de llamar la atención cuando la modorra monotemática se apodera del debate político que existe en otros blogs y en las redes sociales.
Hoy el tema que nos convoca (?) es la preocupación que me genera el hecho de que muchos compañeros que en otras épocas se dedicaban a contarle las costillas a las contradicciones de nuestros adversarios políticos, ahora se la pasen hablando de las cuestiones internas del peronismo bonaerense.
Incluso aquellos compañeros que viven (y votan) en otros distritos, dedican horas de su valiosísimo tiempo a escribir, opinar y elaborar hipótesis referidas a la manera en la que el Frente para la Victoria de la provincia de Buenos Aires debería elegir a los/as candidatos/as que deberíamos presentar en las elecciones legislativas de octubre.
Está bien: les concedo aquello de que lo que pueda suceder electoralmente en territorio bonaerense definiría el escenario político de cara a las presidenciales de 2019. Pero aún así: ¿No les hace un poco de ruido hablar a boca de jarro sobre lo que hace o deja de hacer en Buenos Aires el partido opositor, sin siquiera hacer mención a la desastrosa gestión de gobierno que viene desarrollando María Eugenia Vidal?
A mí me daría un poco de vergüenza opinar tan suelto de cuerpo sobre cómo deberían dirimir sus cuitas los compañeros del peronismo en la Capital Federal, Mendoza o Santa Fe -por citar apenas tres ejemplos- sin hacer ninguna mención respecto de cómo gestionan en esos distritos los partidos a los que hoy les toca gobernar.
Por eso, propongo humildemente que si vamos a debatir cómo tiene que definir sus candidaturas el FPV bonaerense, empecemos por fisurar el blindaje mediático que protege a la gobernadora, para contribuir a tratar de convencer a la ciudadanía que es mejor elegir senadores/as y diputados/as que le pongan freno en el Congreso y en la Legislatura provincial a la locura del endeudamiento descontrolado.
Eso para empezar a hablar, porque también tenemos que detener el tarifazo irracional que dispuso la empresa provincial que brinda el servicio de agua potable (ABSA); el desastre educativo generado por la inquina que Vidal tiene contra los docentes estatales; los aumentos injustificados en los peajes de la también estatal AUBASA; la ineficiente política de seguridad que supuestamente venía a "luchar contra las mafias" y terminó pactando con La Bonaerense, y el desamparo que sufren muchos municipios en cuanto al reparto de obras de infraestructura y coparticipación.
Quienes me leen habitualmente en las redes sociales pueden comprobar que la única opinión que expresé durante las últimas semanas respecto de la cuestión electoral, ocurrió el sábado pasado en mi cuenta de Facebook, donde escribí que prefiero una lista de unidad encabezada por Cristina Fernández de Kirchner. Nada más. El resto de mis opiniones están dirigidas a las cuestiones que enuncié más arriba.
Por supuesto que estoy dispuesto a debatir sobre cualquier candidatura y/o herramienta electoral de cara a las elecciones de octubre. Pero primero lo otro, porque permanecer en silencio frente a estas cuestiones o pretender hablar de una interna política antes que de otras cosas es, como mínimo, funcional al macrismo. Y calculo que nadie pararse en ese lugar, ¿No?
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