Cualquiera sea el Gobernador electo en la Provincia de Buenos Aires, aún si se tratara -como todo parece indicar- de Daniel Scioli, deberá lidiar con una Legislatura cuya composición hoy día es una incógnita, pero que seguro no será muy amigable.
El Poder Legislativo provincial tiene una larga tradición de consensos políticos, que van desde los acuerdos legítimos que hacen al normal desarrollo institucional de una democracia hasta los contubernios más infames. A diferencia del Congreso de la Nación o del Concejo Deliberante porteño, el edificio de 7 entre 51 y 53 carece de toda la histeria mediática que rodea a las otras dos, con lo cual es difícil encontrar legisladores que anden sobreactuando posiciones políticas o mendigando conferencias de prensa. Nadie anda haciendo papelones televisivos, y la convivencia es armoniosa, entendiendo como armoniosa lo que destacábamos anteriormente: la búsqueda de consensos que legitimen un sistema político.
Sin embargo, en esta oportunidad estamos frente a una situación que podría convertirse en inédita desde el regreso de la democracia: un mosaico de bloques legislativos sin una primera minoría que pueda ejercer un liderazgo claro. Hasta ahora, el peronismo y la UCR (o la Alianza) se repartieron la capacidad de poder encolumnar al resto de los bloques, cosa que será más difícil a partir de diciembre, cuando quede la composición de la Legislatura con las cámaras integradas por los diputados y senadores que ingresaran, más los que quedan de las elecciones de 2009, que arrojaron un resultado bastante anómalo.
El Poder Legislativo provincial tiene una larga tradición de consensos políticos, que van desde los acuerdos legítimos que hacen al normal desarrollo institucional de una democracia hasta los contubernios más infames. A diferencia del Congreso de la Nación o del Concejo Deliberante porteño, el edificio de 7 entre 51 y 53 carece de toda la histeria mediática que rodea a las otras dos, con lo cual es difícil encontrar legisladores que anden sobreactuando posiciones políticas o mendigando conferencias de prensa. Nadie anda haciendo papelones televisivos, y la convivencia es armoniosa, entendiendo como armoniosa lo que destacábamos anteriormente: la búsqueda de consensos que legitimen un sistema político.
Sin embargo, en esta oportunidad estamos frente a una situación que podría convertirse en inédita desde el regreso de la democracia: un mosaico de bloques legislativos sin una primera minoría que pueda ejercer un liderazgo claro. Hasta ahora, el peronismo y la UCR (o la Alianza) se repartieron la capacidad de poder encolumnar al resto de los bloques, cosa que será más difícil a partir de diciembre, cuando quede la composición de la Legislatura con las cámaras integradas por los diputados y senadores que ingresaran, más los que quedan de las elecciones de 2009, que arrojaron un resultado bastante anómalo.
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Comentarios
Un saludo,
Ikal
Agarra una brújula Chabón, dejate de joder, estás más perdido que pirata en Bolivia.
Emiliano.