
Por Fabián Rodríguez para La Tecla
En el conurbano no existen las sutilezas. De ningún tipo. Las cosas se llaman por su nombre, y las personas también.
Por eso, nadie va a encontrar en una pared del Gran Buenos Aires una pintada que refiera a un dirigente en términos de otra cosa que no sea su apellido y/o su apodo.
Tomemos por caso a los Intendentes: ninguno se hace llamar “Enero” o “Diciembre”. Eso es más propio de Ciudades cuyos sistemas de representación están en crisis, y sus candidatos deben aparecer escondidos detrás de algún marketing político diseñado en las usinas de la charlatanería publicitaria.
Y eso que no hablamos de aquellos que pretenden instalarse en la opinión pública a través de algún slogan absurdo o vacío de contenido: “Gol de caño”; “Canté Pri”; “Molinete penal”. Sin comentarios.
Por otra arte, a diferencia de lo que ocurre en Ciudades como La Plata o Buenos Aires, a ningún dirigente del conurbano se le ocurriría que la mejor idea para caer mejor entre sus propios vecinos, es hacerse llamar solo por su nombre de pila
En el conurbano se pintan los apellidos y/o los apodos de los candidatos, nada de andar haciéndose llamar “Mauricio”, “Gabriela” u "¡Homero!"
Álvarez, Descalzo, Gutiérrez, Othacehé. O si prefieren: Cacho, Toti, Barba, Vasco. ¿Para qué agregar más?
La excepción a la regla es Díaz Pérez, el Intendente de Lanús, que por tener un apellido compuesto (y, seamos sinceros, feo) se hace llamar simplemente “Darío”, que no suena mal.
El resto, se llama como se tiene que llamar.
En el conurbano no existen las sutilezas. De ningún tipo. Las cosas se llaman por su nombre, y las personas también.
Por eso, nadie va a encontrar en una pared del Gran Buenos Aires una pintada que refiera a un dirigente en términos de otra cosa que no sea su apellido y/o su apodo.
Tomemos por caso a los Intendentes: ninguno se hace llamar “Enero” o “Diciembre”. Eso es más propio de Ciudades cuyos sistemas de representación están en crisis, y sus candidatos deben aparecer escondidos detrás de algún marketing político diseñado en las usinas de la charlatanería publicitaria.
Y eso que no hablamos de aquellos que pretenden instalarse en la opinión pública a través de algún slogan absurdo o vacío de contenido: “Gol de caño”; “Canté Pri”; “Molinete penal”. Sin comentarios.
Por otra arte, a diferencia de lo que ocurre en Ciudades como La Plata o Buenos Aires, a ningún dirigente del conurbano se le ocurriría que la mejor idea para caer mejor entre sus propios vecinos, es hacerse llamar solo por su nombre de pila
En el conurbano se pintan los apellidos y/o los apodos de los candidatos, nada de andar haciéndose llamar “Mauricio”, “Gabriela” u "¡Homero!"
Álvarez, Descalzo, Gutiérrez, Othacehé. O si prefieren: Cacho, Toti, Barba, Vasco. ¿Para qué agregar más?
La excepción a la regla es Díaz Pérez, el Intendente de Lanús, que por tener un apellido compuesto (y, seamos sinceros, feo) se hace llamar simplemente “Darío”, que no suena mal.
El resto, se llama como se tiene que llamar.
Imágen: Yóber.
Comentarios
Mira, no venia para eso:venia por mi vena obsesiva que la muerte del quia no ha hecho enmudecer: Manolo se hacia llamar manolo. Y el cuarto piso era el cuarto piso.
Asi que tu teoria se viene abajo como calzon de puta. Y feliz dia del maestro un dia despues, master.
saludos!
en 3 de febrero, curto, curtoy curto.
esta haciendo varias obras de envergadura, pero note una variante de curtos.
del lado de santos lugares entre el sanmartin y el urquiza, acercandose a capital por ese lado. los curtos estan en las paredes pero mas chiquito todos los curtos,del lado otro lado del san martin, los curtos son gigantes.
porque sera,
Hay cierta discreción en algunos lugares, para no enojar a los vecinos de clase media.
bueno, eso.
saludos
y como es la gente incluso conozco alguno q dice vivir frente a devoto,
pero es saenz peña,