Tenía un plan perfecto para este lunes: ir a presenciar un recital de poesía en la Casa de la Cultura de la Municialidad de Quilmes, a cargo de uno de los mejores poetas contemporáneos de la Argentina. Rodolfo Enrique Fogwill.
Este sería la primera presetación de Fogwill en su ciudad natal después de mucho, pero mucho tiempo.
El plan era buenísimo: como el recital empezaba a las ocho de la noche, tenía pensado llegar un rato antes, para charlar con la gente amiga de Araca la Poesía y El Ojo de la Ballena (los dos grupos de poetas quilmeños que organizan estas movidas que cuentan con apoyo del Municipio) y, de paso, conocer personalmente a Fogwill, a quien solamente tenía el gusto de haber tratado vía e-mail.
Seguramente, después del evento, podríamos quedarnos a conversar un poco, café o cerveza de por medio. La espectativa era inmensa.
De hecho tenía pensado escribir un post este fin de semana, anunciando el recital de Fogwill en Quilmes; prometiendo fotos, testimonios, y una crónica al respecto.
Lamentablemente, el jueves recibí la noticia de que me iba a tener que quedar con las ganas: Mabel Stricker, compañera y poeta quilmeña, me avisaba que el encuentro con Rodolfo se suspendía hasta nuevo aviso.
Se me ahogan las palabras para seguir hablando de Fogwill y prefiero no continuar, porque a lo mejor el viejo esté leyendo estas líneas desde algún lugar, y no pierda demasiado tiempo en escribirme un correo para decirme algo así como "dejate de joder nene, escribís como si fueses un tipo que mira televisión todo el día". Y yo tendría que contestarle, una vez más, 'gracias Rodolfo, menos mal (?) que estás vos para decirme estas cosas'.
Hoy, a partir de las tres de la tarde, Rodolfo será velado en la Biblioteca Nacional. Ahí vamos a estar con Walter, para llevarle una flor, y hacerlo renegar por última vez.
Este sería la primera presetación de Fogwill en su ciudad natal después de mucho, pero mucho tiempo.
El plan era buenísimo: como el recital empezaba a las ocho de la noche, tenía pensado llegar un rato antes, para charlar con la gente amiga de Araca la Poesía y El Ojo de la Ballena (los dos grupos de poetas quilmeños que organizan estas movidas que cuentan con apoyo del Municipio) y, de paso, conocer personalmente a Fogwill, a quien solamente tenía el gusto de haber tratado vía e-mail.
Seguramente, después del evento, podríamos quedarnos a conversar un poco, café o cerveza de por medio. La espectativa era inmensa.
De hecho tenía pensado escribir un post este fin de semana, anunciando el recital de Fogwill en Quilmes; prometiendo fotos, testimonios, y una crónica al respecto.
Lamentablemente, el jueves recibí la noticia de que me iba a tener que quedar con las ganas: Mabel Stricker, compañera y poeta quilmeña, me avisaba que el encuentro con Rodolfo se suspendía hasta nuevo aviso.
Se me ahogan las palabras para seguir hablando de Fogwill y prefiero no continuar, porque a lo mejor el viejo esté leyendo estas líneas desde algún lugar, y no pierda demasiado tiempo en escribirme un correo para decirme algo así como "dejate de joder nene, escribís como si fueses un tipo que mira televisión todo el día". Y yo tendría que contestarle, una vez más, 'gracias Rodolfo, menos mal (?) que estás vos para decirme estas cosas'.
Hoy, a partir de las tres de la tarde, Rodolfo será velado en la Biblioteca Nacional. Ahí vamos a estar con Walter, para llevarle una flor, y hacerlo renegar por última vez.
Comentarios
Qué lástima perder a un genio fogwill. qepd
abrazo conu.
saludos
http://catanpeist.blogspot.com/2010/08/murio-fogwill-otro-que-hacia-pop.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed:+YetAnotherCutAndPasteBlog+(Catanpeist)
me llama la atención, como nunca se informa quienes están internados por algo que se avecina fatal(léase: morirse) y te pasa que lees que se murió alguien y decís pero como si...y lees un poco mas y te das cuenta que estaba internado desde hace rato en tal lugar por algo que sufría desde hace años y eso no era noticia, en esos casos lo que vale solo es la muerte consumada.
saludos conu
Gracias
El bufón de la Real Academia (de Avellaneda).