
-Guido es buen pibe. Puede ser que esté equivocado, pero es buen pibe, así que por ahora no lo vamos a echar.
Estas fueron, palabras más, palabras menos, los argumentos de Ricardo Casal para no deshacerse de uno de sus subsecretarios, cuando se enteró que este estaba operando (junto a otros Jefes policiales) para desplazar al Comisario Juan Carlos Paggi.
Lorenzino, y el resto de los comisarios desafectados de la fuerza, no tuvieron en cuenta un factor fundamental a la hora de querer incidir en la política de seguridad provincial: el apoyo incondicional del Gobernador Scioli hacia el Jefe de los Patas Negra.
Con quién no se sabe qué puede pasar es con el otro subsecretario del Ministerio de Seguridad: Julio Pángaro.
¿Quién es Pángaro? un ex Intendente de San Pedro y ex diputado provincial, que tiene en su haber más años de duhaldismo que de ¿kirchnerismo?
Llegó al Minsiterio junto con la asunción de Casal, en medio de los acuerdos que debió tejer Scioli para garantizarse que el nuevo titular de la cartera de Seguridad tuviera los apoyos políticos necesarios como para durar un buen tiempo en el cargo. Todavía es el jefe político del peronismo de San Pedro (Municipio hoy gobernado por un radical K), y no renuncia a ninguna de sus aspiraciones: ser diputado provincial, Ministro, Senador, o lo que sea.
Actualmente, la relación de Casal con Pángaro no es la mejor, porque al contrario de lo que ocurre con Lorenzino, Casal sí ve en Pángaro a un funcionario que está trabajando para desestabilizar su gestión, y la de su socio, el Comisario Paggi.
Estas fueron, palabras más, palabras menos, los argumentos de Ricardo Casal para no deshacerse de uno de sus subsecretarios, cuando se enteró que este estaba operando (junto a otros Jefes policiales) para desplazar al Comisario Juan Carlos Paggi.
Lorenzino, y el resto de los comisarios desafectados de la fuerza, no tuvieron en cuenta un factor fundamental a la hora de querer incidir en la política de seguridad provincial: el apoyo incondicional del Gobernador Scioli hacia el Jefe de los Patas Negra.
Con quién no se sabe qué puede pasar es con el otro subsecretario del Ministerio de Seguridad: Julio Pángaro.
¿Quién es Pángaro? un ex Intendente de San Pedro y ex diputado provincial, que tiene en su haber más años de duhaldismo que de ¿kirchnerismo?
Llegó al Minsiterio junto con la asunción de Casal, en medio de los acuerdos que debió tejer Scioli para garantizarse que el nuevo titular de la cartera de Seguridad tuviera los apoyos políticos necesarios como para durar un buen tiempo en el cargo. Todavía es el jefe político del peronismo de San Pedro (Municipio hoy gobernado por un radical K), y no renuncia a ninguna de sus aspiraciones: ser diputado provincial, Ministro, Senador, o lo que sea.
Actualmente, la relación de Casal con Pángaro no es la mejor, porque al contrario de lo que ocurre con Lorenzino, Casal sí ve en Pángaro a un funcionario que está trabajando para desestabilizar su gestión, y la de su socio, el Comisario Paggi.
Volviendo a la Policía, el descabezamiento de la Bonaerense también es un guiño hacia el Gobierno Nacional, en especial hacia la Ministra Nilda Garré, quien desde que asumió, esperaba un gesto de Scioli en este sentido.
Obviamente, el objetivo de máxima era que el Gobernador tirara por la ventana a Casal y a Paggi, pero bueno, ya sabemos que eso no va a ocurrir.
A cambio, Scioli entregó al Tano Baratta, y a toda su segunda línea. No se trata de una movida menor, porque para los mandos inferiores Baratta era visto como el Jefe real de la Fuerza.
En su lugar asumió Hugo Matzkin, hombre de la "línea Arslanian" (que, huelga decirlo, es ampliamente minoritaria dentro de la institución), aunque subordinado a Paggi.
La intención de estos cambios hacia el interior de la Policía es la de tener un año "tranquilo", teniendo en cuenta la campaña electoral que se viene.
La designación de Matzkin implica una "deschorización" de la cúpula, y tapona cualquier intentona duhaldista de operar hacia el interior de la corporación, dado que tanto Matzkin como sus colaboradores más cercanos son bastante talibanes en el sentido de no permitir que los viejos carcamanes de la fuerza vuelvan a tener influencia sobre la misma (y no me refiero a la cuestión operativa, sino a los contratitos que tanto empresario anda rapiñando por ahí).
A cambio, Scioli entregó al Tano Baratta, y a toda su segunda línea. No se trata de una movida menor, porque para los mandos inferiores Baratta era visto como el Jefe real de la Fuerza.
En su lugar asumió Hugo Matzkin, hombre de la "línea Arslanian" (que, huelga decirlo, es ampliamente minoritaria dentro de la institución), aunque subordinado a Paggi.
La intención de estos cambios hacia el interior de la Policía es la de tener un año "tranquilo", teniendo en cuenta la campaña electoral que se viene.
La designación de Matzkin implica una "deschorización" de la cúpula, y tapona cualquier intentona duhaldista de operar hacia el interior de la corporación, dado que tanto Matzkin como sus colaboradores más cercanos son bastante talibanes en el sentido de no permitir que los viejos carcamanes de la fuerza vuelvan a tener influencia sobre la misma (y no me refiero a la cuestión operativa, sino a los contratitos que tanto empresario anda rapiñando por ahí).
De yapa, les dejo la entrevista que le hice el viernes a León Arslanian en Acá Estamos (Lunes a Viernes de 7 a 10, por AM 530). El audio dura 11 minutos, pero sirve para entender por qué Scioli designó a Matzkin.
Comentarios
Peje
PD: a Guido lo banca otra gente también, no solo el Evita.
saludos