La no-política viaja en lancha. Nosostros en el 60

En política, es un problema no hacer política, porque ahí es cuando dejás de ser un político, y te convertís en un relacionista público.
Si estás en un lugar de conducción, es peor, porque por añadidura (o derrame), tus colaboradores te ven actuar y piensan que eso es hacer política. Entonces, todos son relacionistas públicos.
Luego, a la hora de dar soluciones colectivas a los problemas individuales (es decir, de hacer política), estás tan solo que hasta el banquito te sacan.

Hace unos días ocurrió un episodio terrible, en las inmediaciones de la Terminal de micros de Escobar: tres cobardes disfrazados de ladrones, le amputaron un dedo con un hacha, a un chofer de la Línea 60 de colectivos. Fabián Verón se llama este laburante que no todavía sabe si algún día podrá volver a manejar.
A raíz del hecho que le tocó vivir a Verón, sobrevino la lógica indignación de sus compañeros de trabajo: la empresa MONSA (Micromnibus Norte S.A), que controla a la Línea 60 y cuenta con más de mil choferes (tiene 372 coches, así que hagan la cuenta de 3 choferes por unidad). Punto.

Como suele suceder cada vez que ocurren episodios de esta índole (trágica), nunca faltan los vivos que pretenden montarse en la indignación colectiva para salir a vociferar sus proclamas, y levantar las banderas de los intereses mezquinos que siempre defienden.

La comisión interna de la empresa MONSA, liderada por un grupo de delegados que responden a distintos Partidos de Izquierda, es el resultado de las desastrosas políticas gremiales que tiene la conducción de la UTA en las grandes empresas de transporte.
Para ganar una comisión interna en las líneas grandes, alcanza con que un grupo de trabajadores más o menos avispados, y con un mínimo apoyo desde afuera, armen una lista opositora prometiéndo que harán que se respenten derechos básicos de los trabajadores (en la 60, por ejemplo, cuando estaban los oficialistas de UTA se pagaba el aguinaldo en cuotas, y algunos choferes cobraban el sueldo en monedas).
Con eso solo se ganan una elección. Ni siquiera hace falta que prometan una mejora salarial, dado que los aumentos de sueldo sí los consigue la conducción del Sindicato (aunque no alcanza para tener a la gente contenta).
Pasa en Ecotrans, pasa en algunas líneas de DOTA, y pasaba en Plaza (hasta que la UTA coptó a los delegados del Partido Obrero).
Está comprobado que estos muchachos solo pueder tener una política exitosa cuando se enfrentan a la conducción de la UTA, puesto que cuando se presentan a elecciones con sus Partiditos políticos, no los vota nadie.

Esta semana, los delegados de la 60 aprovecharon la bronca de los choferes por la agresión sufrida por Verón, para poner en práctica una serie de medidas que, cronológicamente, fueron los siguientes:

-Interrupción del servicio por 24 hs. (dejando de a pie a más 200 mil usuarios).
-Corte de la Autopista Panamericana a la altura de la entrada a Escobar, con el consiguiente aislamiento del centro del Partido.
-Marcha al Municipio de Escobar y posterior toma del edificio.
-Protesta y corte parcial en Rivadavia y Callao (!) en la Capital Federal.
-Limitación del servicio nocturno en la zona de Escobar, dejando a la buena de Dios a un gran número de laburantes que cuentan con ese único medio de transporte para llegar a sus casas.

Lo que sufrió Verón fue terrible, ya dijimos. Nos solidarizamos con él y con su familia. Pero de ninguna manera creemos que ese episodio tan macabro deba tener como respuesta, la escalada de reclamos que dispusieron los delegados de la línea. Principalmente, porque parece ser que la agresión que sufrió Verón no fue un hecho más de "inseguridad", sino que tuvo algunas aristas sospechosas, que involucran algunas cuestiones que exceden largamente al objeto de este post (N. del Conu: MONSA se encuentra en concurso preventivo, y hay algunas empresas que ya se andan disputando sus recorridos, que están entre los más caudalosos de todo el GBA).

Con este panorama, solo, casi sin el banquito, Daniel Scioli decidió reunirse con Verón y algunos de los integrantes de la comisión interna de la Línea 60. Una foto más.