Los docentes estatales porteños cobran su sueldo, puntualmente, el último día hábil de cada mes o en su defecto, el primero del mes siguiente (si el fin de mes justo cae un fin de semana).
Los docentes de escuelas privadas porteñas subsidiadas por el Gobierno de la Ciudad cobran, también puntualmente, el quinto o sexto día habil de cada mes.
Siendo que las partidas de dinero se asignan el mismo día para ser depositadas en las cuentas correspondientes ¿Quién se está comiendo esos cuatro días de diferenecia?
Es mucha, mucha plata. Estamos hablando de los sueldos de los docentes privados porteños de, por ejemplo, todas las escuelas católicas de la Capital Federal (en el conurbano, obviamente, estas cosas no suceden: todos cobran el mismo día).
No tengo idea cuanto dinero puede ser, pero me imagino un número de nueve cifras, que puesto a dar vueltas en el circuito financiero no bancario durante esos cuatro días, debe arrojar unos interéses que ni te cuento. (Teléfono, Kravetz).
Los docentes de escuelas privadas porteñas subsidiadas por el Gobierno de la Ciudad cobran, también puntualmente, el quinto o sexto día habil de cada mes.
Siendo que las partidas de dinero se asignan el mismo día para ser depositadas en las cuentas correspondientes ¿Quién se está comiendo esos cuatro días de diferenecia?
Es mucha, mucha plata. Estamos hablando de los sueldos de los docentes privados porteños de, por ejemplo, todas las escuelas católicas de la Capital Federal (en el conurbano, obviamente, estas cosas no suceden: todos cobran el mismo día).
No tengo idea cuanto dinero puede ser, pero me imagino un número de nueve cifras, que puesto a dar vueltas en el circuito financiero no bancario durante esos cuatro días, debe arrojar unos interéses que ni te cuento. (Teléfono, Kravetz).
Comentarios
Conu, te pregunto: ¿los colegios judíos también tienen subvención estatal? ¿y los Adventistas (?)?
El alumnado se reparte en partes iguales entre colegios publicos y privados.
Saludos.
Aunque por el trato preferencial de los medios tampoco me parece tan mal.
Fabrizio
abrazo