La Línea 174

Como diría Artemio, ante las pavadas que uno tiene que andar leyendo y escuchando por ahí, en palabras de políticos y periodistas opositores, acá vamos a hacer oposición de la buena. No es que uno quiera andar avivando giles, pero es que tampoco puede quedarse callado frente a la cantidad de estupideces que se dicen por ahí.

El tema que nos convoca es la línea de colectivos 174, tristemente célebre desde el pasado martes cuando dos de sus unidades protagonizaron uno de los más graves accidentes de tránsito de la última década en el área metropolitana. Los colectivos chocaron de frente, dejando un saldo de seis muertos y cuarenta heridos, muchos de ellos de gravedad.

A partir de allí, se empezaron a escuchar un montón de hipótesis acerca de las causas del accidente, todas ellas vinculadas al supuesto mal estado de las unidades, la probable impericia de los choferes, o las demoníacas intenciones que se esconden detrás del poderoso Grupo Plaza, culpable de la mayoría de los males que ocurren en este mundo.
Hagamos un poco de historia: Hasta principios de la presente década, la línea 174 pertenecía a una pequeña empresa de transportes llamada San Bosco, la cual quebró (o fue quebrada) y pasó a formar parte del paquete de la también fundida "Transportes del Oeste", que adquirió el Grupo Plaza a través de ECOTRANS una empresa inventada ad hoc.
En 2003, ECOTRANS pasó a manejar a las líneas 136, 153, 163 y 174, además de otras líneas provinciales y municipales como la 253 y la 317 entre otras. De a poco fue equilibrando lo que había heredado de TDO (un verdadero caos), sosteniendo al personal y renovando algunas de las unidades.
Pero los empresarios son eso, empresarios. Y si los Organismos del Estado encargados de controlarlos hacen la vista gorda, estos pícaros no dejan de hacer de las suyas así como así. No son altruistas. Son empresarios (ya lo dije, no?).
Entonces, resulta que un día los colectivos de la 174, que supuestamente pertenece a Ecotrans y cuyas unidades deberían ser verdes (o blancas y azules, su viejo color), aparecen pintados completamente de rojo, con las insignias y los logos del Grupo Plaza. ¿Qué pasó?
Como la 174 era la línea más rentables de ECOTRANS, la gente del Grupo Plaza decidió que ahora pasaban a operarla ellos directamente. ¿Quién autorizó eso? Nadie. ¿Quién los controla? Nadie, tampoco. No hay ninguna resolución de la CNRT que haya autorizado este pase de manos. Claro, ahora se lavan las manos y le hacen de fuente a periodistas investigativos. Pero esta es una factura de ustedes.
Es lo mismo que si el diario La Voz del Interior, que todos sabemos pertenece a Clarín, mañana se empezara a imprimir en Buenos Aires, y dejara de llamarse "La Voz del Interior" para llamarse directamente "Clarín". No se puede muchachos. Aunque sea hay que guardar las formas, hacer las cosas como corresponde.
Este es el problema medular de la línea 174, y posiblemente una de las principales causas del terrible accidente: Una empresa que es operada desde otro lugar, por gente que ni siquiera debe conocer cuáles son los recorridos de la línea. Pero decía, cuando nadie les pide que rindan cuentas, los pícaros no las rinden.
Una aclaración importante: En algunas de las notas que leí sobre el tema (ahora no recuerdo si en Página o en Crítica), se señalaba que una de las causantes del accidente era la poca cantidad de coches que tenía asignados la línea, debido a la falta de inversión. Eso derivaba en la falta de descanso de los choferes y bla bla bleta. Chicos: la línea 174 tiene los coches que le permite tener la CNRT. Las empresas de colectivos no pueden poner en la calle la cantidad de bondis que se les antoja. Existe una regulación al respecto y está bien clarito cuantos coches puede tener cada empresa. Si la 174 tiene 12 unidades para cubrir todos sus recorridos, el problema es de la autoridad competente, no de la empresa.

Respecto del supuesto mal estado de los coches, y de las infracciones: No se, las unidades afectadas al transporte público de pasajeros urbano, van a revisión técnica cada seis meses en talleres de la UTN. Ahí se decide si el coche está o no en condiciones de circular. Por otra parte, inspectores de la CNRT van periódicamente a los garages de las empresas a controlar que todo esté bien, y por lo general se labran actas por algún matafuego descargado, una rampa que no funciona y ese tipo de cosas. Así que las supuestas "reiteradas denuncias" que llevaba encima la 174, deben tener origen en los ferchos que se pelean con las viejas, o alguna parada que se pasaron de largo.