A esta altura, se sabe que uno de los negocios que más rédito económico le ha dejado al Grupo es la de ser el distribuidor de televisión por cable más grande del país, luego de la adquisición de Cablevisión por parte de Multicanal.
El cable (y sus negocios accesorios) le han reportado al Grupo ganancias por centenares de millones de dólares, gracias a su posición monopólica dentro del mercado. Hasta que apareció Telecentro, la prestadora de televisión por cable propiedad del inclasificable Alberto Pierri.
En ese momento, Clarín, empezó a estar nervioso.
Si hasta entonces, los zonales servían como instrumento módico para apretar a los Intendentes, una vez que Telecentro comenzó a solicitar la entrada a los diferentes municipios del Gran Buenos Aires, los aprietes se convirtieron en amenazas. La frase, recurrente, pasó a ser: es mejor aparecer en el zonal cortando una cinta, que en la sección “policiales” del cuerpo principal.
(...)
A partir de la guerra desatada contra Telecentro, comenzó a ser muy fácil darse cuenta cuáles eran los partidos en los que la empresa de Pierri estaba por “entrar”, dado que súbitamente comenzaban a salir notas contrarias al Intendente en cuestión y a su gestión, tanto en los zonales como en edición nacional del matutino.
Como la disputa por el espacio aéreo para extender el cableado de fibra óptica se extendió a todo el Gran Buenos Aires, Clarín puso en marcha una segunda etapa del “proyecto zonales”, y desembarcó en aquellos municipios que todavía no tenían su propio suplemento.
El cable (y sus negocios accesorios) le han reportado al Grupo ganancias por centenares de millones de dólares, gracias a su posición monopólica dentro del mercado. Hasta que apareció Telecentro, la prestadora de televisión por cable propiedad del inclasificable Alberto Pierri.
En ese momento, Clarín, empezó a estar nervioso.
Si hasta entonces, los zonales servían como instrumento módico para apretar a los Intendentes, una vez que Telecentro comenzó a solicitar la entrada a los diferentes municipios del Gran Buenos Aires, los aprietes se convirtieron en amenazas. La frase, recurrente, pasó a ser: es mejor aparecer en el zonal cortando una cinta, que en la sección “policiales” del cuerpo principal.
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A partir de la guerra desatada contra Telecentro, comenzó a ser muy fácil darse cuenta cuáles eran los partidos en los que la empresa de Pierri estaba por “entrar”, dado que súbitamente comenzaban a salir notas contrarias al Intendente en cuestión y a su gestión, tanto en los zonales como en edición nacional del matutino.
Como la disputa por el espacio aéreo para extender el cableado de fibra óptica se extendió a todo el Gran Buenos Aires, Clarín puso en marcha una segunda etapa del “proyecto zonales”, y desembarcó en aquellos municipios que todavía no tenían su propio suplemento.
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El caso de Vicente López quizás sea, una vez más, el paradigma de cómo funciona la estructura actual de los zonales: su editor, Mariano Roa (¿les suena ese apellido?), fue durante varios años el vocero extraoficial del Intendente Enrique García, hasta que el “Japonés” decidió mantenerse leal al kirchnerismo luego del conflicto en 2008 por la resolución 125. A partir de allí, y de la agudización del enfrentamiento entre el Gobierno Nacional y el Grupo, el Japonés García pasó a ser poco menos que el diablo, según los ojos del zonal de Vicente López.
Basta con ver las ediciones del zonal en los años que se votaron las distintas excepciones al Código de Planeamiento Urbano que permitieron la construcción de torres de quince pisos sobre la costanera (además de otros emprendimientos inmobiliarios), para recordar el apoyo explícito a estas medidas por parte la edición local de Clarín.
Basta ver las notas (sin firma, por supuesto) que comenzaron a salir en la edición nacional del otrora Gran Diario Argentino, contra la administración del Intendente García. Cualquier tema es válido para hablar de lo mal que le hace este hombre a los vecinos: Vial Costero; utilización de postes por parte de Telecentro; vecinos indignados por doquier; inseguridad, etc. Todo está mal en Vicente López, y ya no hay pauta publicitaria que pueda calmar a las fieras.
Nota completa, acá.
Basta con ver las ediciones del zonal en los años que se votaron las distintas excepciones al Código de Planeamiento Urbano que permitieron la construcción de torres de quince pisos sobre la costanera (además de otros emprendimientos inmobiliarios), para recordar el apoyo explícito a estas medidas por parte la edición local de Clarín.
Basta ver las notas (sin firma, por supuesto) que comenzaron a salir en la edición nacional del otrora Gran Diario Argentino, contra la administración del Intendente García. Cualquier tema es válido para hablar de lo mal que le hace este hombre a los vecinos: Vial Costero; utilización de postes por parte de Telecentro; vecinos indignados por doquier; inseguridad, etc. Todo está mal en Vicente López, y ya no hay pauta publicitaria que pueda calmar a las fieras.
Nota completa, acá.
Comentarios
Es trietes y patético que unos inocentes hippies apoyados por el Partido Obrero y vecinos alerta acampen y etiqueten arbolitos en el paseo de la costa en el operativo "soy funcional a Clarín"
Abrazo.
saludos
ariel
No nos vamos a poner a defender a Telecentro, ni mucho menos a Cablevisión. No lo necesitan (mucho menos teorías conspirativas como la del artículo de referencia). Pero, más jodido que entrar a TV paga es entrar al mercado de telefonía (en competencia desde hace 10 años!); especialmente en zona de Telefónica. Si queremos competencia en el Conu, hay que darle cabida a los cableros en telefonía; no queda otra. El único "entrante" de telecomunicaciones que recuerdo en el Conu es Portahable en el Oeste (aunque ya muy planchado sus accionistas se tiraron el año pasado a comprar la parte italiana de Telecom). Y, a la inversa, dejar a las telefónicas entrar en TV paga.
Cuando la Negra se fue, el hijo lo primero que hizo fue firmar a caambio de cash.
¡Que mundo de mierda! pero por suerte no todo ews Clarín.
Carlos: mirá que Telecentro le está dando a la telefonía eh. Pasa que la gente no se puede sacar cierto prejuicio de encima, respecto del soporte (conozco pibes que laburan en Telecentro y tienen que explicarle como 10 veces a las doñas que ahora el teléfono le va a entrar por otro cable).
Ah, y otra cosa, que parece una boludez pero no lo es: a mucha gente se le complica cambiar el número de teléfono. Pensemos en los profesionales y en aquellas personas que laburan gracias a un número telefónico.
saludos
Para poner lo que te decía en números gruesos. El servicio de TV paga está presente en el 50% de los hogares de la Argentina, el 47% de los abonados son de empresas propiedad de Clarín, 15% de DirecTV, Supercanal 10% y Telecentro 8%.
El servicio telefónico fijo está presente en el 70% de los hogares,el 90% de los abonados corresponde a Telefónica y Telecom, el 7% a cooperativas (monopolios con onda) y 3% a operadores entrantes.
Entiendo que por la base de accesos de banda ancha que tiene Cablevisión, si se lo dejara entrar a telefonía fija, ganaría sin transpirar un 10% del mercado telefónico en un par de años.
Efectivamente, cambiar de operador y conservar el número es una práctica que se llama portabilidad numérica que ha sido incluida en la regulación de interconexión desde 1998 pero ... La Justicia ordenó su implementación inmediata hace más de un año pero tampoco hay que hacerse ilusiones. La gente es menos sensible de lo que se piensa a conservar el número. No más del 2%-3% es la media internacional.
Respecto de los zonales, yo sí creo que son instrumentos de presión, por lo menos. Hace rato que dejaron de ser un intermediario entre el vecino y el Municipio. Ahora se dedican a otra cosa.
Con el otro tema no me meto, porque usted es el que sabe.
saludos
Abrazo