En la víspera del choque crucial entre las selecciones de Argentina y Brasil, abrimos esta nueva sección, dedicada a homenajear al conurbano más famoso del mundo, hoy día entrenador de la Selección Nacional: el gran Diego Armando Maradona.
La idea de la sección es ir contando historias protagonizadas por el Diez, pero ocurridas en el conurbano. En la primera entrega, no podíamos sino empezar con una de las etapas más bizarras de Diego: la de Director Técnico del Racing Club.
Es que, en el fondo (muy en el fondo), algunos extrañamos a ese Diegote noventoso (?), ya sea por la locuacidad de sus frases, o por el barrileterismo de muchas de sus acciones.
La historia comenzó el 6 de enero de 1995. Ese día, Diego asumió la dirección técnica del primer equipo de la institución de Avellaneda, que por aquél entonces presidía Juan Destéfano.
Como en mayo había elecciones presidenciales en el Club, Destéfano urdió esta clara maniobra electoralista, prometiéndoles a los hinchas que además de dirigir al equipo, Maradona jugaría en Racing a partir de agosto de ese mismo año, una vez que finalizara la suspensión por el dóping positivo del Mundial del 94.
Pero volvamos al Diez, que llegaba a Racing después de haber dirigido a Mandiyú de Corrientes el año anterior. Una experiencia no muy positiva, pero al fin y al cabo tranquila... Bueh, más o menos.
Rápidamente, al poco tiempo que Diego, en dupla técnica con Carlos Fren, abandonara Mandiyú, Destéfano le ofreció el cargo.
La experiencia de dirigir al equipo comenzó el 6 de enero, con la pretemporada que Racing llevó a cabo en Mar del Plata. Por aquellos años, el plantel de Racing era mixtura de jóvenes promesas como Juan Fleita, Claudio "el Piojo" López y Cosme Zaccanti (?), y jugadores experimentados que ya estaban de vuelta, no solo del deporte sino de la vida (?). Algunos nombres de ese grupo eran José Luis "el Puma" Rodríguez, Claudio "el Turco" García, y el Coco Reinoso.
Ni siquiera hacía falta que se pusieran de acuerdo entre todos, para que en aquella pretemporada sucedieran algunos episodios más propios de una película de Olmedo y Porcel, que de un plantel de fútbol profesional.
Con ese clima, Racing jugó los tradicionales torneos de verano, donde perdió todos los partidos (?), y luego volvió a Avellaneda para terminar la preparación e iniciar el torneo.
Jugando por los puntos con Diego como DT, Racing disputó 11 encuentros, donde obtuvo 6 empates, 3 derrotas y 2 victorias: le ganó a Platense como local, y a Boca en la Bombonera (donde La Academia no ganaba hacía 20 años). Ambas victorias fueron 1 a 0, el gol frente a Platense lo hizo Claudio "no le tirés centros a los aviones" López, y contra Boca marcó Galarza.
En el medio de este surrealismo, hubo un memorable clásico en cancha de Independiente que finalizó 0 a 0, donde la única atracción que ofreció el partido fue precisamente su presencia.
Aproximadamente a los veinte minutos de comenzado el encuentro, el árbitro (creo que era Bava) espulsaría a Maradona por insultos reiterados (?). Para qué.
La expulsión enfureció al Diez, que habrá permanecido unos doce (?) minutos insultando adentro de la cancha, y advirtiendo que de ahí no lo sacaba "ni el papa" -sic y (?)-, y que todo eso era una cama que le hacía "el hijo de un vagón de putas de Grondona", que lo quería "hundir".
Una vez que pudieron convencerlo que debía irse a los vestuarios, Diego decidió recorrer todo el perímetro de la cancha, mientras iba pateando (?) cosas que encontraba a su camino y haciéndole gestos al juez, que su vez había decidido que el partido se siguiera jugando: habrán pasado otros diez minutos, donde la gente que estaba en el estadio miraba la performance del Diego, en lugar de seguir a los players (?).
En mayo, como Juan Destéfano perdió las elecciones, Diego y Fren renunciaron, por la lealtad (?) que le debían su mentor.
La idea de la sección es ir contando historias protagonizadas por el Diez, pero ocurridas en el conurbano. En la primera entrega, no podíamos sino empezar con una de las etapas más bizarras de Diego: la de Director Técnico del Racing Club.
Es que, en el fondo (muy en el fondo), algunos extrañamos a ese Diegote noventoso (?), ya sea por la locuacidad de sus frases, o por el barrileterismo de muchas de sus acciones.
La historia comenzó el 6 de enero de 1995. Ese día, Diego asumió la dirección técnica del primer equipo de la institución de Avellaneda, que por aquél entonces presidía Juan Destéfano.
Como en mayo había elecciones presidenciales en el Club, Destéfano urdió esta clara maniobra electoralista, prometiéndoles a los hinchas que además de dirigir al equipo, Maradona jugaría en Racing a partir de agosto de ese mismo año, una vez que finalizara la suspensión por el dóping positivo del Mundial del 94.
Pero volvamos al Diez, que llegaba a Racing después de haber dirigido a Mandiyú de Corrientes el año anterior. Una experiencia no muy positiva, pero al fin y al cabo tranquila... Bueh, más o menos.
Rápidamente, al poco tiempo que Diego, en dupla técnica con Carlos Fren, abandonara Mandiyú, Destéfano le ofreció el cargo.
La experiencia de dirigir al equipo comenzó el 6 de enero, con la pretemporada que Racing llevó a cabo en Mar del Plata. Por aquellos años, el plantel de Racing era mixtura de jóvenes promesas como Juan Fleita, Claudio "el Piojo" López y Cosme Zaccanti (?), y jugadores experimentados que ya estaban de vuelta, no solo del deporte sino de la vida (?). Algunos nombres de ese grupo eran José Luis "el Puma" Rodríguez, Claudio "el Turco" García, y el Coco Reinoso.
Ni siquiera hacía falta que se pusieran de acuerdo entre todos, para que en aquella pretemporada sucedieran algunos episodios más propios de una película de Olmedo y Porcel, que de un plantel de fútbol profesional.
Con ese clima, Racing jugó los tradicionales torneos de verano, donde perdió todos los partidos (?), y luego volvió a Avellaneda para terminar la preparación e iniciar el torneo.
Jugando por los puntos con Diego como DT, Racing disputó 11 encuentros, donde obtuvo 6 empates, 3 derrotas y 2 victorias: le ganó a Platense como local, y a Boca en la Bombonera (donde La Academia no ganaba hacía 20 años). Ambas victorias fueron 1 a 0, el gol frente a Platense lo hizo Claudio "no le tirés centros a los aviones" López, y contra Boca marcó Galarza.
En el medio de este surrealismo, hubo un memorable clásico en cancha de Independiente que finalizó 0 a 0, donde la única atracción que ofreció el partido fue precisamente su presencia.
Aproximadamente a los veinte minutos de comenzado el encuentro, el árbitro (creo que era Bava) espulsaría a Maradona por insultos reiterados (?). Para qué.
La expulsión enfureció al Diez, que habrá permanecido unos doce (?) minutos insultando adentro de la cancha, y advirtiendo que de ahí no lo sacaba "ni el papa" -sic y (?)-, y que todo eso era una cama que le hacía "el hijo de un vagón de putas de Grondona", que lo quería "hundir".
Una vez que pudieron convencerlo que debía irse a los vestuarios, Diego decidió recorrer todo el perímetro de la cancha, mientras iba pateando (?) cosas que encontraba a su camino y haciéndole gestos al juez, que su vez había decidido que el partido se siguiera jugando: habrán pasado otros diez minutos, donde la gente que estaba en el estadio miraba la performance del Diego, en lugar de seguir a los players (?).
En mayo, como Juan Destéfano perdió las elecciones, Diego y Fren renunciaron, por la lealtad (?) que le debían su mentor.
Comentarios
El árbitro del clásico de avellaneda era Bava porque recuerdo una frase del 10: "Le dije Juan y me echó, ahora para mí es Bava". Cualquiera D10s.
Conu, ¿vos te acordás cual fue la razon por la que no estuvo en el partido en la Bombonera?
Me acuerdo que no estuvo en el banco ese día, pero no me acuedro que habia pasado.
Yo tambien me cagué de risa. En laburo me estaban mirando todos :)
saludos
Tosh
Salutti
Contacto: el gordo es lo más. Me encataría que fuera padrino de este blog.
Tosh: su nick lo compromete hombre...
Apa: el Lalo es al Diego lo que emiliano y Michael Díaz a su padre.
Avallay: como gritamos es gol, no?
Hal: jajaja, yo te respetaba como comentador, pero Borzani.....
Me dio un poco de vergüencita cuando mi propia hinchada se mandó con el "Maradona Maradona / Maradona se drogó...", no sólo porque ¡cómo nos vamos a tirar contra el Diego!, caramba; sino además porque encima vino inmediatamente después de un: "Vellaneday / una banda / la más loca de Argentina / la que fuma / marihuana / la que toma cocaína...".
En fin.