ACLARACIÓN: La Junta Electoral de Conurbanos decidió, por mayoría simple, que el barrio ganador de la encuesta es Villa Lugano (23% de los votos). La última opción valía, pero se vio distorsionada por la intervención en la votación de mucha gilada. Así que acá va el post sobre el barrio porteño más conurbano, a cargo de un nyc en el lugar.
Por Natanael Amenábar
Villa Lugano se ganó con armas nobles el trofeo al barrio más Conurbano de la Ciudad de Buenos Aires. Este centenario arrabal se construyó en 1908 alrededor de una estación de tren, con su polito industrial –desguazado por el menemismo-, sus pobres, sus clubes del ascenso, su clientelismo político exitoso, sus villas, sus complejos habitacionales, su luminaria defectuosa y su desigualdad manifiesta: todo esto lo veremos con más detalle.
Lo primero que se debe explicar es que Lugano es Lugano + Villa Riachuelo, para delimitar de qué hablamos. Por eso todos los datos en Internet del barrio están mal. Nadie que viva en la remota y olvidada Villa Riachuelo dice que vive ahí, todos decimos “Lugano”. Incluso en Villa Riachuelo se alza con orgullo todavía Lugano I y II, solución a la matriz habitacional de un futuro que no llegó, ni hace rato.
Limita con La Matanza (Villa Celina, Villa Madero y Tapiales) en la General Paz, y con el Riachuelo (y más allá de la inundación, Villa Fiorito, Lanús). Desde el porteño vértice vemos a Mataderos desde Eva Perón (ex Avenida del Trabajo) y a Villa Soldati y al inexistente Bajo Flores desde Escalada.
Soldati, José Ferdinando Francisco, chozno del Soldati empresario, o bisabuelo, o tío, o papá, no lo sé, era oriundo de Lugano, Suiza (?). Y cuando en los albores del siglo XX recaló en tierras del suroeste capitalino los lagos -que enmohecen aún en el Autódromo y en el Parque Roca- no era ociosas estancaciones de agua sino hechas y derechas lagunas, que, sumado al despoblamiento propio de la bucólica nada misma, entregaba generoso, Lugano, una imagen paradisíaca que pereció para siempre, y que se preserva sólo en algunos livings de algunas casas de la calle José Pablo Torcuato Battle y Ordóñez.
Lugano, no ya Villa, es el segundo barrio más extenso de los 100 porteños, dicen los pueblerinos, después de Palermo, y el más poblado de la periferia con la friolera de 140.000 ciudadanos –excluyendo al mismo Palermo y a los barrios que contornean la línea A de subte (desde Flores a Balvanera)-.
Está partido al medio Lugano por la Autopista 25 de Mayo (Richieri para los amigos). Del lado de Mataderos tenemos, más cerca de la provincia, una zona fabril (Pirelli, Camea, Arciel) única en esta parte de Capital, sólo equiparable a Barracas o Constitución al Sur. Largas extensiones donde no vive una sola familia, tinglados que unen manzanas en brochet y terminales de miles de líneas de colectivos se agrupan en esta parte rara del mundo. Coexiste allí el barrio Pieadrabuena, la escuela Don Bosco y las Villas ‘Ciudad Oculta’ y una más chica, lindante a la General Paz, cuyo nombre nunca recuerdo.
Lorenzo Miguel comenzó su carrera sindical como metalúrgico siendo operario en los talleres de Camea. La sede de la UOM de Lugano, sita en la calle Murguiondo, se dice popularmente que tiene túneles y refugios para escapar vaya uno a saber de qué, cómo, dónde, cuándo y por qué.
De Murguiondo hasta Escalada, el resto de Lugano de este lado de la autopista está edificada íntegramente por la inmigración más creativa que dio Europa. Tanos que construyeron alrededor de la estación del Tren Inviable (Belgrano Sur) casas con talento y desproporción. Consultado sobre si se podían construir viviendas sin el título de arquitecto un amigo respondió: “Sí, se puede, y si lo lográs no sólo te firman los planos sino que te dan la doble ciudadanía”. Tanos peronistas y pujantes que extendieron sus casas de dos pisos con pared de vidriecitos ámbares en una planicie que no tiene fin desde la visión de las terrazas bajas.
En Lugano el horizonte es la Torre del Parque de la Ciudad. El obelisco de las clases proletarias nos hizo creer antes en la existencia de vida interplanetaria que en la movilidad ascendente.
Del otro lado de la Richieri tenemos también dos zonas, la primera nucleada en la estación, el viejo centro, Murguiondo y Richieri, que supo ser próspero: iglesia, banco, plaza central, Vos Tango, correo y farmacia de turno, y que hoy está relegado a Chilavert como sendero comercial. Tuvo dos cines, uno normal, el Lugano, y uno porno, El Progreso, que hoy funciona como epicentro del despliegue de los punteros políticos y es el único en pie en muchos barrios a la redonda.
No es provincia Lugano porque no tiene municipalidad… ¡quesinó!
Después Lugano muere lentamente, y con él la Capital toda, desde Chilavert hasta el Autódromo, con una iluminación a la altura de Avenida Roca que no tiene nada que envidiarles a matanceros barrios de Aldo Bonzi y Lomas del Mirador.
Y si de complejos edilicios se trata Lugano bien puede ganar una competencia internacional a la solución habitacional por kilómetro cuadrado. No sólo por las improvisadas usinas de masa corporal: 4 villas –debajo de la vía, la ciudad oculta, atrás de Lugano I y II, al lado de la General Paz-, sino por las planificadas por oscuras mentes perversas: el citado Lugano I y II, el Barrio Piedrabuena, Nágera, Copello y Samoré. El mejor ejemplo de esto es la manzana sitiada por Avenida Cruz, Chilavert, Saladillo y José León Suárez, una manzana que es un minicomplejo habitacional rarísimo, todo en diagonal, que supo tener plaza interna y espacio de juegos, almacén, salita de primeros auxilios y consejero escolar (?).
Por problemas limítrofes mínimos contamos como propios la mítica pizzería La Giralda, el Parque de la Ciudad (Interama), Puente de la Noria, una sede de la UTN, Callejeros, Sacachispas, la cancha de tenis de Parque Roca, el Deportivo Español y, esforzándonos, la cancha de Nueva Chicago.
En cambio, nos enorgullecemos con las vísceras de contar con varios hitos no menores, como ser propietarios simbólicos del primer hipermercado del país, Jumbo, el primer outlet, Parque Brown, el Centro Lituano, una casa de monjas de clausura, un club de manejo, el primer Easy, la terminal del Premetro, la escuela de policía Ramón Falcón, el expendedor de registros de conducir de la ciudad, el primer aeródromo argentino, el cementerio de autos más extenso, el Autódromo, un mercado de pulgas, dos clubes del Ascenso (Atlético Lugano -fundado por Roberto Borocotó padre- y Yupanqui -el club con menos hinchas del fútbol argentino-) y una cancha de Golf que nadie usa y que pocos usaron alguna vez.
No es casualidad entonces que entre sus habitantes más ilustres contemos con el pulseador (?) Arévalo, Gilda y Adrián Barilari, Pity Álvarez y Alcides, los arqueros Antonio Roma y Mariano Andújar, la Chancha Rinaldi y el Turco García, Lorenzo Miguel y Beto Larrosa. Punteros radicales, pueblo peronista, one hit wonders de la vieja guardia bailantera, santas, leyendas y niños mimados de la patria rolinga son tan nuestros como el barrio del Hogar Obrero –SuperCoop-, el dominguero arrullo de las llantas rodando a más de doscientos kilómetros por hora sobre el asfalto caliente del Gálvez y la madrugada fragancia de Dielo, fábrica de las galletitas Horóscopo y de los Fantoche Triple.
Villa Lugano se ganó con armas nobles el trofeo al barrio más Conurbano de la Ciudad de Buenos Aires. Este centenario arrabal se construyó en 1908 alrededor de una estación de tren, con su polito industrial –desguazado por el menemismo-, sus pobres, sus clubes del ascenso, su clientelismo político exitoso, sus villas, sus complejos habitacionales, su luminaria defectuosa y su desigualdad manifiesta: todo esto lo veremos con más detalle.
Lo primero que se debe explicar es que Lugano es Lugano + Villa Riachuelo, para delimitar de qué hablamos. Por eso todos los datos en Internet del barrio están mal. Nadie que viva en la remota y olvidada Villa Riachuelo dice que vive ahí, todos decimos “Lugano”. Incluso en Villa Riachuelo se alza con orgullo todavía Lugano I y II, solución a la matriz habitacional de un futuro que no llegó, ni hace rato.
Limita con La Matanza (Villa Celina, Villa Madero y Tapiales) en la General Paz, y con el Riachuelo (y más allá de la inundación, Villa Fiorito, Lanús). Desde el porteño vértice vemos a Mataderos desde Eva Perón (ex Avenida del Trabajo) y a Villa Soldati y al inexistente Bajo Flores desde Escalada.
Soldati, José Ferdinando Francisco, chozno del Soldati empresario, o bisabuelo, o tío, o papá, no lo sé, era oriundo de Lugano, Suiza (?). Y cuando en los albores del siglo XX recaló en tierras del suroeste capitalino los lagos -que enmohecen aún en el Autódromo y en el Parque Roca- no era ociosas estancaciones de agua sino hechas y derechas lagunas, que, sumado al despoblamiento propio de la bucólica nada misma, entregaba generoso, Lugano, una imagen paradisíaca que pereció para siempre, y que se preserva sólo en algunos livings de algunas casas de la calle José Pablo Torcuato Battle y Ordóñez.
Lugano, no ya Villa, es el segundo barrio más extenso de los 100 porteños, dicen los pueblerinos, después de Palermo, y el más poblado de la periferia con la friolera de 140.000 ciudadanos –excluyendo al mismo Palermo y a los barrios que contornean la línea A de subte (desde Flores a Balvanera)-.
Está partido al medio Lugano por la Autopista 25 de Mayo (Richieri para los amigos). Del lado de Mataderos tenemos, más cerca de la provincia, una zona fabril (Pirelli, Camea, Arciel) única en esta parte de Capital, sólo equiparable a Barracas o Constitución al Sur. Largas extensiones donde no vive una sola familia, tinglados que unen manzanas en brochet y terminales de miles de líneas de colectivos se agrupan en esta parte rara del mundo. Coexiste allí el barrio Pieadrabuena, la escuela Don Bosco y las Villas ‘Ciudad Oculta’ y una más chica, lindante a la General Paz, cuyo nombre nunca recuerdo.
Lorenzo Miguel comenzó su carrera sindical como metalúrgico siendo operario en los talleres de Camea. La sede de la UOM de Lugano, sita en la calle Murguiondo, se dice popularmente que tiene túneles y refugios para escapar vaya uno a saber de qué, cómo, dónde, cuándo y por qué.
De Murguiondo hasta Escalada, el resto de Lugano de este lado de la autopista está edificada íntegramente por la inmigración más creativa que dio Europa. Tanos que construyeron alrededor de la estación del Tren Inviable (Belgrano Sur) casas con talento y desproporción. Consultado sobre si se podían construir viviendas sin el título de arquitecto un amigo respondió: “Sí, se puede, y si lo lográs no sólo te firman los planos sino que te dan la doble ciudadanía”. Tanos peronistas y pujantes que extendieron sus casas de dos pisos con pared de vidriecitos ámbares en una planicie que no tiene fin desde la visión de las terrazas bajas.
En Lugano el horizonte es la Torre del Parque de la Ciudad. El obelisco de las clases proletarias nos hizo creer antes en la existencia de vida interplanetaria que en la movilidad ascendente.
Del otro lado de la Richieri tenemos también dos zonas, la primera nucleada en la estación, el viejo centro, Murguiondo y Richieri, que supo ser próspero: iglesia, banco, plaza central, Vos Tango, correo y farmacia de turno, y que hoy está relegado a Chilavert como sendero comercial. Tuvo dos cines, uno normal, el Lugano, y uno porno, El Progreso, que hoy funciona como epicentro del despliegue de los punteros políticos y es el único en pie en muchos barrios a la redonda.
No es provincia Lugano porque no tiene municipalidad… ¡quesinó!
Después Lugano muere lentamente, y con él la Capital toda, desde Chilavert hasta el Autódromo, con una iluminación a la altura de Avenida Roca que no tiene nada que envidiarles a matanceros barrios de Aldo Bonzi y Lomas del Mirador.
Y si de complejos edilicios se trata Lugano bien puede ganar una competencia internacional a la solución habitacional por kilómetro cuadrado. No sólo por las improvisadas usinas de masa corporal: 4 villas –debajo de la vía, la ciudad oculta, atrás de Lugano I y II, al lado de la General Paz-, sino por las planificadas por oscuras mentes perversas: el citado Lugano I y II, el Barrio Piedrabuena, Nágera, Copello y Samoré. El mejor ejemplo de esto es la manzana sitiada por Avenida Cruz, Chilavert, Saladillo y José León Suárez, una manzana que es un minicomplejo habitacional rarísimo, todo en diagonal, que supo tener plaza interna y espacio de juegos, almacén, salita de primeros auxilios y consejero escolar (?).
Por problemas limítrofes mínimos contamos como propios la mítica pizzería La Giralda, el Parque de la Ciudad (Interama), Puente de la Noria, una sede de la UTN, Callejeros, Sacachispas, la cancha de tenis de Parque Roca, el Deportivo Español y, esforzándonos, la cancha de Nueva Chicago.
En cambio, nos enorgullecemos con las vísceras de contar con varios hitos no menores, como ser propietarios simbólicos del primer hipermercado del país, Jumbo, el primer outlet, Parque Brown, el Centro Lituano, una casa de monjas de clausura, un club de manejo, el primer Easy, la terminal del Premetro, la escuela de policía Ramón Falcón, el expendedor de registros de conducir de la ciudad, el primer aeródromo argentino, el cementerio de autos más extenso, el Autódromo, un mercado de pulgas, dos clubes del Ascenso (Atlético Lugano -fundado por Roberto Borocotó padre- y Yupanqui -el club con menos hinchas del fútbol argentino-) y una cancha de Golf que nadie usa y que pocos usaron alguna vez.
No es casualidad entonces que entre sus habitantes más ilustres contemos con el pulseador (?) Arévalo, Gilda y Adrián Barilari, Pity Álvarez y Alcides, los arqueros Antonio Roma y Mariano Andújar, la Chancha Rinaldi y el Turco García, Lorenzo Miguel y Beto Larrosa. Punteros radicales, pueblo peronista, one hit wonders de la vieja guardia bailantera, santas, leyendas y niños mimados de la patria rolinga son tan nuestros como el barrio del Hogar Obrero –SuperCoop-, el dominguero arrullo de las llantas rodando a más de doscientos kilómetros por hora sobre el asfalto caliente del Gálvez y la madrugada fragancia de Dielo, fábrica de las galletitas Horóscopo y de los Fantoche Triple.
Comentarios
Me parece bárbaro que haya ganado Lugano porque lo que escribiste es genial. Pero yo había votado Mataderos, putos (?).
Saludos!
¿El video de Pity de la bici se hizo en el barrio?
Con el Neoliberalismo CAMEA se convirtio en ALCAN, ALCAN anda saber en que, antes de volverse a Canada.
CAMEA(Compañia Argentina Metalurgica de Estaño y Aluminio) no solo era uno de los tantos orgullos de Lugano, fue el lugar donde me consolide como peroncho, una escuela de cuadros sindicales, un club y una Unidad Basica.
Saludos.
El compañero Mauri sabe más de esto que yo, como en tantos otros temas.
Ciro vivió un tiempo corto en Lugano que coincidió con el despegue de la banda, El cielo puede esperar y Dulce Navidad, a fines de los ochenta. Muchos nos lo adjudican, pero parece ser que nunca tocó suelo porque siempre estuvo montado en una bicicleta.
Pity hace mil referencias, Dos, a Lugano. Como ser "no voy a dejar de pedalear hasta que llegue por ahí a la calle Pilar, y voy a doblar en Echandía porque sé que ahí hay un solo policia". Bueno, en esa esquina se puede decir que comienza Ciudad Oculta. Tuvo una banda que tocaba en la Oculta que se llamaba "Los Hijos de Puta", que formó tras separarse de Viejas Locas.
Homero, el video, está integramente filmado en el Barrio Piedrabuena.
Saludos Conu, Tomás y Eduardo!
Un abrazo
che, otra cosa: ¿los 5 que votaron "Saavedra" son vecinos de ahí que están indignados y quieren matar a todos los de la Villa de atrás de la Phillips, no?
gracias a todos y gracias a Nata
Y respecto de lo que dije el otro día en lo del Inye (R.C), que quiere que le diga..... algunos nacemos estrellados...je
Me tomaba el 141 o el 36 de Caballito a Lugano a las seis y media de la mañana. Iban vacíos, ya que iba a contramano de la marea de la hora pico. Tremenda la niebla, o tal vez el humo de la quema, que hacía que las torres se vieran como las de Blade Runner en la madrugada.
Los luganenses de la escuela eran unos convencidos de su barrio, la mayoría hijos o nietos de ahí.
Yo después no fui más, pero las torres y la niebla deben seguir...
1) Para mi esto estaba todo arreglado para que Natanael escribiera sobre Lugano. Yo voté a Liniers! Igual, muy lindo texto!
2) Mi concubinovio le dice "República" a Lugano y su amor por el barrio me hace quererlo un poco mas. No sé por qué él tiene repulsión por el conurbano, lo voy a hacer leer mas este blog!
3) Ahhh y fue arquero de Yupanqui (?)jajaja
Abrazos
Marie
Saludos,
Bajo la subida
PD: Yo voté a Barracas... supongo que porque estoy mucho mas familiarizado con la zona. Pero como MI conurbano no hay muchachos, lola... podrán imitarnos pero igualarnos jamás :P
Yo le puse mi poroto a Mataderos: club de futbol, orgullo barrial, casas bajas y heterogeneidad social, etc...
igual muy linda la crónica.
te felicito
Y doy fé ( si es necesario ) de que la pinta de verdad. Tnego varios clientes por esa zona.
CAMEA terminó siendo AlCAn ( ahora ALUAR elaborados) pasando la rotonda de Varela y ahora tambien parte del negocio se lo reparten entre ALusud en Tortuguitas y Envases del Plata en Podestá. Solo para darnos más laburo a los valijas...
Las imbricaciones familiares-accionarias siguen siendo las mismas.
del buche ,es indiscutible que la respuesta correcta era liniers ,veo que hago con mi bloque en minoria.
Saludos.
que genio.
ojo, no estoy menospreciando su trabajo como militante y dirigente político (que ha sido muy importante), namás más que pensé que había sido chapado a la antigua, de los que laburaban hasta que llegaban a un cargo importante en el sindicato.
Gracias de verdad a todos por sus palabras elogiosas (ya creo que el blog es mio).
-enfrente de Altos, contra la vía, en un galpón se disputaba un partido de fútbol, bien de rioba, eso;
-el policía de la esquina tenía un perro callejero, también una postal bien de rioba.
Saludos y felicitaciones; me anoto en el taller literario peroncho.
Lito.
la mayoría simple la obtuvieron con un diputrucho
anonimA
Y lo del taller literario peroncho... no seré muy peroncho, pero conozco mucho de la liturgia... puedo anotarme? jaja
tampoco soy gorila!! eh? ja
saludos!!
Otra cosa que no se dijo es la cantidad de Pyme nacida en Lugano, esfuerzo en su mayoría de los inmigrantes italianos (Lugano Toys, Davor, Empanadas Gourmet, etc).
Viví en Lugano la mayor parte de mi vida, pero sin embargo mis votos hubieran ido para Pompeya, Barracas o Constitución, barrios que poseen esas avenidas enormes sin árboles y con carteles colgantes, bien similares a las del conurbano.
Saludos a todos,
Es una continuidad total. Hasta la cancha de Platense está en Vicente López.
Por Lugano y Mataderos también tienen una gran continuidad con sus vecines inmediatos de La Matanza. Eso no pasa siempre, Villa Urquiza y Pueyrredón no se parecen a San Martín, y Devoto no se parece a Tres de Febrero.
Yo voté a Mataderos, Lugano será el más pobre después de Soldati, pero barrio Savio es arquitectura porteña, no del conurbano. Y además, el Premetro lo hizo Alfonsín!
El Lurker
Nunca supimos a cual de los tres nos hablaba. Pero saludamos y seguimos derecho.
Selente descrisión, compañero.
Buena decisión, excelente artículo.
EM