Por Demetrio Iramaín
Le dolían las rodillas, pero no faltaba nunca. Menos que menos a la Plaza. Por largos años María de Gutman atendió el puesto de venta de periódicos y distribución de material mientras sus compañeras marchaban en la Plaza, cada jueves, incesantes.
Antes y durante, fue la responsable del Archivo Histórico de la Asociación, junto a María del Carmen Berrocal. A ambas les fue asignada una tarea dura y fundamental: reunir el testimonio de denuncia de cada integrante del colectivo, en el que se detallaban las circunstancias de la desaparición de cada hijo o hija y todos los trámites realizados en su búsqueda.
En un libro que transcribe las entrevistas que Hebe de Bonafini les hacía a sus compañeras en la primera parte de un programa radial, que emitía la propia radio de las Madres, María relató que algunas Madres no sabían cómo hacer para redactar los testimonios. “Lloraban, decían que no podían”, recordaba María. Pero ella las guiaba, con una sentencia. “Acá no se viene a llorar, así que escribí. Vos podés”, les decía, apretando los dientes. La furia fría que demandaba Rodolfo Walsh.
Casualmente ayer, un día antes de cerrar sus ojos, fue presentado en la Feria del Libro un trabajo de investigación que recupera una porción representativa de esos documentos que María recopiló y archivó en preciso orden. La recordaron al momento de presentar el trabajo la propia María del Carmen, y Hebe.
María se relacionó con sus compañeras, madres desesperadas como ella, en septiembre de 1976, apenas producida la desaparición de su hijo. Estuvo entre las primeras Madres de Plaza de Mayo. No se marchó nunca de su organización, ni siquiera hoy, 30 de abril, 34 años más tarde, que María entró a la sombra para siempre.
Ahora mismo estará escuchando una sinfonía, como le gustaba a ella, junto a los que faltan en la Tierra, y sobrevuelan todavía por acá abajo, entre nosotros, que tenemos derecho a extrañarla, sí, y una sola obligación: ser como María.
Comentarios
tengo un problema con la reverencia a walsh
el era un errorista confeso no deberia ser heroe de nadie
No estoy de acuerdo con esto:"María entró a la sombra para siempre", nunca a la sombra porque con su actividad ilumino a un pueblo y se gano un puesto en la memoria.