Roberto Martino nació en Tucumán en 1951. Cuando cursaba el colegio secundario en la capital de la provincia, San Miguel, se vinculó al PRT, y militó en esa provincia hasta 1976, cuando se mudó con su familia al sur del conurbano boaerense, precisamente al Partido de Florencio Varela.
Con la vuelta de la democracia, participó del intento de rearmado del PRT-ERP, y ya en los noventa comenzó a organizar a sus vecinos pobres, quienes lo veían como un referente barrial pero no le llevaban demasiado el apunte cuando les hablaba de lucha armada y Revolución Socialista.
Sin embargo, el marasmo social en que el menemato sumergió al conurbano bonaerense, dio lugar a que un dirigente medio pelo como Martino comenzará a tener predicamento entre esas mismas personas que poco tiempo atrás lo escuchaban sin poder creer las cosas que decía.
La semana pasada, después del ataque a un grupo de personas que recordaba la creación del Estado de Israel en la cercanías a la Plaza de Mayo, el Ministro de Justicia y Derechos Humanos Aníbal Fernández calificó a Roberto Martino como "un loquito". Roberto Martino es el Jefe Político del Movimiento Teresa Rodríguez (MTR) de Florencio Varela, principal organización del FAR, Frente de Acción Revolucionaria.
El Ministro Fernández no habla por boca de ganso, sino que conoce muy bien a Martino, desde hace muchos años.
Aníbal Fernández fue Ministro del Trabajo y la Producción durante los dos turbulentos años que duró el mantado de Carlos Ruckauf como gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Muy poca gente lo sabe, pero por aquellos años, Fernández fue el dirigente político que mejor interpretó los reclamos de las incipientes Organizaciones de Trabajadores Desocupados, y quien mejor encaró las negociaciones con los máximos dirigentes de dichas agrupaciones.
El entonces Ministro Provincial los recibía en su propio despacho, negociaba mano a mano con ellos, y hasta solía incursionar en el territorio mismo, para ver como se iban desarrolando los proyectos productivos que por aquel entonces eran muy embrionarios, pero que desde el Ministerio del Trabajo y la Producción se alentaban, consiguiendo recursos y materiales. Por si algún despistado todavía no cayó, estamos hablando de los peores años de la recesión en el conurbano, que fueron el 2000 y el 2001.
En líneas generales (y esto nadie me lo puede desmentir), las Organizaciones Sociales aceptaban a Fernández como el único interlocutor del gobierno provincial y se llevaban bastante bien con él (obviamente, con el gobierno de De la Rúa no había diálogo). Todo transcurría por los carriles más o menos normales de tira y afloje de cualquier negociación, hasta que el 2 de agosto de 2001, mientras se organizaba la primera jornada nacional de protesta piquetera, una organización, casualmente el Movimiento Teresa Rodríguez, que estaba encargado de cortar la Ruta 2 a la altura del Cruce Varela, decidió unilaterlamente ocupar una sucursal del Banco Provincia. Además de romper el acuerdo que tenían con el resto de las organizacionaciones piqueteras, con quienes habían acordado no provocar desmanes en ningún lugar del conurbano, siguieron con todo lo que tenían a su paso dentro del Banco. El saldo fue de varios militantes detenidos.
No contento con su presentación en sociedad en el Banco Provincia de Varela, tres días después, el 5 de agosto de 2001, Martino decidió tomar el Ministerio de Aníbal Fernández en pleno centro de la Ciudad de La Plata. Dado que la respuesta de Fernández fue "en estas condiciones yo no negocio", Martino permaneció junto a sus seguidores unas ocho horas dentro del edificio, hasta que nuevamente fueron desalojados a palos por la policía. El episodio finalizó con 69 militantes detenidos.
Estos dos hechos marcaron los primeros grandes desprendimientos que tuvo el Movimiento Teresa Rodríguez: las comisiones de desocupados de Lanús, Solano y Almirante Brown, decidieron abandonar a Martino, junto con una importante fracción que militaba en el MTR de Florencio Varela. Todos dieron el portazo denunciando su autoritarismo, y conformaron la Coordinadora de Tabajadores Desocupados Aníbal Verón, desde donde siguieron participando de medidas de lucha junto al MTR, pero de manera independiente.
A fines de 2002, el MTR vuelve a sufrir un importante desgajamiento: sus dos regionales más importantes después de la de Varela, Mar de Plata y Capital Federal, rompen con la conducción de Martino, no solo acusándolo de manejos autoritarios, sino dejando entrever la sospecha de que se estaba quedando con dinero y mercadería que le pertenecían a todo el Movimiento. Los principales dirigentes de estas regionales, "Chacho" Berrozpe y Antonio Bitto, no pueden ser acusados de "moderados" ni mucho menos, aunque como cualquier persona normal, tienen un límite.
De a poco, Martino se iba quedando solo, con apenas un puñado de seguidores, y recurriendo a grupos marginales para continuar con sus apariciones mediáticas, para ir a manguerle garrafas a Repsol, o animales a la Sociedad Rural.
Y es aquí donde llegamos al otro nudo de la cuestión, que son las acusaciones por parte de Aníbal Fernández, acerca de que a Martino siempre lo financiaron "grupos extraños".
Para desentrañar esta acusación, primero es necesario desmentir a cierto periodismo que por ignorancia o mala intención, ha insinuado que a Martino lo financia el Estado. Esto de ninguna manera es así: el Estado, ya sea nacional o provincial, le brinda asistencia a todo tipo de cooperativas, sin preguntar el color político que llevan en sus banderas.
Quienes sí financian a organizaciones como la de Roberto Martino, son los sindicatos y las ONG's europeas, principalmente de Italia, Francia, Alemania y el País Vasco, que vienen a subsidiar a los países tercermundistas lo que en sus tierras no podrían hacer de ningún modo.
Eso es el punto en el que Aníbal Fernández no puede explayarse, para evitar un conflicto político y diplomático.
Por último, también es necesario aclarar que tal vez sea cierto que Roberto Martino no sea un antisemita, porque Roberto Martino hace rato ha dejado de sostener cualquier tipo de ideología. Ni siquiera la del antisemitismo (a propósito ¿Qué categoría política es esa del anti-sionismo?).
Seguramente, si mañana dejaran de financiarlo los Sindicatos y las ONG's europeas, Martino empezará a decir que el Estado de Israel no es tan malo como parecía.
Sin embargo, el marasmo social en que el menemato sumergió al conurbano bonaerense, dio lugar a que un dirigente medio pelo como Martino comenzará a tener predicamento entre esas mismas personas que poco tiempo atrás lo escuchaban sin poder creer las cosas que decía.
La semana pasada, después del ataque a un grupo de personas que recordaba la creación del Estado de Israel en la cercanías a la Plaza de Mayo, el Ministro de Justicia y Derechos Humanos Aníbal Fernández calificó a Roberto Martino como "un loquito". Roberto Martino es el Jefe Político del Movimiento Teresa Rodríguez (MTR) de Florencio Varela, principal organización del FAR, Frente de Acción Revolucionaria.
El Ministro Fernández no habla por boca de ganso, sino que conoce muy bien a Martino, desde hace muchos años.
Aníbal Fernández fue Ministro del Trabajo y la Producción durante los dos turbulentos años que duró el mantado de Carlos Ruckauf como gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Muy poca gente lo sabe, pero por aquellos años, Fernández fue el dirigente político que mejor interpretó los reclamos de las incipientes Organizaciones de Trabajadores Desocupados, y quien mejor encaró las negociaciones con los máximos dirigentes de dichas agrupaciones.
El entonces Ministro Provincial los recibía en su propio despacho, negociaba mano a mano con ellos, y hasta solía incursionar en el territorio mismo, para ver como se iban desarrolando los proyectos productivos que por aquel entonces eran muy embrionarios, pero que desde el Ministerio del Trabajo y la Producción se alentaban, consiguiendo recursos y materiales. Por si algún despistado todavía no cayó, estamos hablando de los peores años de la recesión en el conurbano, que fueron el 2000 y el 2001.
En líneas generales (y esto nadie me lo puede desmentir), las Organizaciones Sociales aceptaban a Fernández como el único interlocutor del gobierno provincial y se llevaban bastante bien con él (obviamente, con el gobierno de De la Rúa no había diálogo). Todo transcurría por los carriles más o menos normales de tira y afloje de cualquier negociación, hasta que el 2 de agosto de 2001, mientras se organizaba la primera jornada nacional de protesta piquetera, una organización, casualmente el Movimiento Teresa Rodríguez, que estaba encargado de cortar la Ruta 2 a la altura del Cruce Varela, decidió unilaterlamente ocupar una sucursal del Banco Provincia. Además de romper el acuerdo que tenían con el resto de las organizacionaciones piqueteras, con quienes habían acordado no provocar desmanes en ningún lugar del conurbano, siguieron con todo lo que tenían a su paso dentro del Banco. El saldo fue de varios militantes detenidos.
No contento con su presentación en sociedad en el Banco Provincia de Varela, tres días después, el 5 de agosto de 2001, Martino decidió tomar el Ministerio de Aníbal Fernández en pleno centro de la Ciudad de La Plata. Dado que la respuesta de Fernández fue "en estas condiciones yo no negocio", Martino permaneció junto a sus seguidores unas ocho horas dentro del edificio, hasta que nuevamente fueron desalojados a palos por la policía. El episodio finalizó con 69 militantes detenidos.
Estos dos hechos marcaron los primeros grandes desprendimientos que tuvo el Movimiento Teresa Rodríguez: las comisiones de desocupados de Lanús, Solano y Almirante Brown, decidieron abandonar a Martino, junto con una importante fracción que militaba en el MTR de Florencio Varela. Todos dieron el portazo denunciando su autoritarismo, y conformaron la Coordinadora de Tabajadores Desocupados Aníbal Verón, desde donde siguieron participando de medidas de lucha junto al MTR, pero de manera independiente.
A fines de 2002, el MTR vuelve a sufrir un importante desgajamiento: sus dos regionales más importantes después de la de Varela, Mar de Plata y Capital Federal, rompen con la conducción de Martino, no solo acusándolo de manejos autoritarios, sino dejando entrever la sospecha de que se estaba quedando con dinero y mercadería que le pertenecían a todo el Movimiento. Los principales dirigentes de estas regionales, "Chacho" Berrozpe y Antonio Bitto, no pueden ser acusados de "moderados" ni mucho menos, aunque como cualquier persona normal, tienen un límite.
De a poco, Martino se iba quedando solo, con apenas un puñado de seguidores, y recurriendo a grupos marginales para continuar con sus apariciones mediáticas, para ir a manguerle garrafas a Repsol, o animales a la Sociedad Rural.
Y es aquí donde llegamos al otro nudo de la cuestión, que son las acusaciones por parte de Aníbal Fernández, acerca de que a Martino siempre lo financiaron "grupos extraños".
Para desentrañar esta acusación, primero es necesario desmentir a cierto periodismo que por ignorancia o mala intención, ha insinuado que a Martino lo financia el Estado. Esto de ninguna manera es así: el Estado, ya sea nacional o provincial, le brinda asistencia a todo tipo de cooperativas, sin preguntar el color político que llevan en sus banderas.
Quienes sí financian a organizaciones como la de Roberto Martino, son los sindicatos y las ONG's europeas, principalmente de Italia, Francia, Alemania y el País Vasco, que vienen a subsidiar a los países tercermundistas lo que en sus tierras no podrían hacer de ningún modo.
Eso es el punto en el que Aníbal Fernández no puede explayarse, para evitar un conflicto político y diplomático.
Por último, también es necesario aclarar que tal vez sea cierto que Roberto Martino no sea un antisemita, porque Roberto Martino hace rato ha dejado de sostener cualquier tipo de ideología. Ni siquiera la del antisemitismo (a propósito ¿Qué categoría política es esa del anti-sionismo?).
Seguramente, si mañana dejaran de financiarlo los Sindicatos y las ONG's europeas, Martino empezará a decir que el Estado de Israel no es tan malo como parecía.
Comentarios
Se lo acabo de mandar a un argentino "europeizado", de esos q solo ven peliculas en Internet sobre los Iluminatti y conspiraciones q anulan la existencia de la politica.
Obvio q dijo q era propaganda K
No te preocupes, no se trata de "creerte", esta todo documentadito.
Solo no ve,m el q no quiere ver.
digamoslo de una buena vez: Roberto Martino es el dueño de una Pyme, no es dirigente de nada. es como Castells pero más lúmpen y más berreta.
saludos
Alexis: Políticamente me parece que Martino es superior a Castells... ese es el problema justamente.
Natanael: puede andar eh... pero para después del 28-J mejor.
Un dato medio pelotudo, pero una vez leí en la Revista Viva creo, que a este movimiento les dió apoyo un diseñador que no me sale el nombre...martin churba creo...y después salió que hacian desfiles de moda con guardapolvos que exportaban a china...con onda viste??
que se yo, me pongo a pensar en todos los movimientos que comienzan con "ayudas" de distintos sectores y después...(en el ámbito internacional...) pero tampoco no quiero opinar tanto...
y si pienso en Israel-Palestina pero primero me voy a ir a leer Genealogía del racismo de Foucault, que lo tengo abandonado y después tiro algo..saludos maria
María: hay de todo en la viña del señor...
saludos!
Saludos!!!
pd: lo banco al aníbal, eh!
Saludos cordiales.
Gonzalo.
Encuanto al semitismo, se trata de una etnia. Y no hay nada peor que odiar a una persona por el pueblo al cual pertenece.
saludos
AnonimA
saludos ;P
La Licenciada
d lectura obligatoria
V
Matilda: le agradezco mucho.
A Gonzalo le digo que se deje de confundir a la gente con sofismas.
Desde hace más de 100 años que la palabra antisemitismo significa odio al pueblo judío. Que haya sido inventada haciendo referencia a algo que no existe (la raza semita) no quita que el uso que se le ha dado ha sido siempre bien claro.
Y no hay dudas que el antisionismo es parte del antisemitismo. Ahora que los judíos tienen un estado, el antisemita debe primero dirigirse contra este, porque contra el judío individual no puede. Además que queda más "políticamente correcto" estar contra los "sionistas" que contra los "judíos". Pero todo ese odio antisionistas es tan absurdo como un odio anti-francés o anti-uruguayo. Es odio y punto. Los países no necesitan justificación para existir. Y muy imperiales no son los judíos, ya que de Medio Oriente ocupan un territorio menor al 1%. ¡Flor de imperio! Si desde donde te pares se ven las fronteras opuestas.
Saludos,
Conurbano