(este post es viejo, un auto plagio, pero me gusta tanto que acá va otra vez)
Las ferias denominadas "itinerantes" o "francas" tienen una tradición que se remonta al siglo XIX , cuando empezaron a aparecer en el centro de Buenos Aires y, más tarde, con las primeras oleadas migratorias, que se fueron desparramando hacia la periferia de la gran Metrópoli y su conurbano.
En pocas líneas, se puede definir a las ferias como un sistema de abastecimiento barrial, que consiste en puestos móviles (comúnmente denominados “changos”) que cada día de la semana se ubican en distintos puntos callejeros de un Municipio, para ofrecer sus productos a los vecinos.
La idea de las Ferias itinerantes es que los vecinos puedan encontrar en ellas productos frescos de la canasta básica y otros productos complementarios para la familia a precios más bajos que en el mercado (cosa que no siempre pasa).
En las ferias se puede ir a comprar frutas y verduras; carnes; productos de granja; pescados y mariscos frescos y/o congelados; productos alternativos orgánicos; lácteos, fiambrería, pastas frescas, embutidos y almacén; panadería y confitería; especias, cereales, legumbres, encurtidos y hierbas para infusiones; artículos de limpieza y bazar; tienda, lencería, marroquinería, perfumería y bijouterie; zapatería y zapatillería; librería, juguetería, cotillón y disquería; plantas naturales y artificiales.
A diferencia de lo que ocurre con las ferias que están establecidas de forma permanente que emergieron de las crisis económicas y en los últimos años se han puesto "de moda", las ferias itinerantes están reguladas por los Gobiernos Municipales del conurbano. En todos los distritos hay una “Dirección de Ferias y Mercados” o algún otro organismo con nombre parecido, que se encarga de otorgar los permisos y oficiar de contralor en estos espacios públicos. En líneas generales, hay normas que se implementan en todos lados: los permisos son de las personas, no de los puestos; y no existen los "fondos de comercio". Un permisionario puede transferir la habilitación a algún familiar directo, pero de ninguna manera lo puede vender.
Cada Municipio tiene establecido el máximo de puestos permitidos para cada feria (se estiman unos 30 puestos por cuadra), en función de las características del espacio en el que se emplaza la feria, contemplando el libre acceso y tránsito vehicular y peatonal del entorno inmediato.
En cuanto a su composición, cualquier persona que concurra asiduamente a una feria barrial itinerante, puede advertir que entre los feriantes existe una subjetividad que se ha ido transmitiendo de generación en generación. Se trata de un oficio en sí mismo: ninguna persona que tiene un puesto en una feria se considera a como “verdulero”, “pollero”, "pescadero", etc., sino que se definen en primer lugar como feriantes, y recién en segundo término se identifican con el oficio que han elegido o heredado ("verdulero", "pescadero", etc).
Los feriantes suelen estar agremiados y a nivel de empleo ocupan una zona gris bastante curiosa, ubicada entre el cuentapropismo y la precarización laboral. Están pauperizados pero no son pobres (de hecho, algunos están bien lejos de serlo).
Desde sus orígenes hasta la actualidad, se trata de espacios de encuentro comunal de vecinos, tal vez uno de los pocos que subsisten, dado que persiste el hábito de ir a la feria.
Se calcula que la diferencia de precios frente a los supermercados y los autoservicios representa un ahorro de alrededor del 15%, por eso las doñas van a la feria el día de la semana que toca cerca de sus casas. Claro está, son un lugar de socialización.
Tanto en el conurbano como en la CABA las ferias están distribuidas en distintos puntos de la del territorio y así se van turnando, los cinco días de la semana (porque por lo general trabajan de martes a sábado). En la Ciudad, donde desde hace años se tomó la decisión de no otorgar nuevos permisos, hay unas 12 por día. En el conurbano, obviamente, son menos, de acuerdo a la demanda y a la población de cada Partido.
En Avellaneda (donde sí trabaja una los lunes) hay un promedio de 5 ferias por día, al igual que en Lanús. En Quilmes el promedio es de entre 5 y 6, mientras que en Lomas de Zamora asciende a 8. En el oeste, Morón tiene un promedio de 3 por día (los sábados no hay, y sí hay una los lunes) y Tres de Ferbrero tiene unas 4 ferias diarias.
En pocas líneas, se puede definir a las ferias como un sistema de abastecimiento barrial, que consiste en puestos móviles (comúnmente denominados “changos”) que cada día de la semana se ubican en distintos puntos callejeros de un Municipio, para ofrecer sus productos a los vecinos.
La idea de las Ferias itinerantes es que los vecinos puedan encontrar en ellas productos frescos de la canasta básica y otros productos complementarios para la familia a precios más bajos que en el mercado (cosa que no siempre pasa).
En las ferias se puede ir a comprar frutas y verduras; carnes; productos de granja; pescados y mariscos frescos y/o congelados; productos alternativos orgánicos; lácteos, fiambrería, pastas frescas, embutidos y almacén; panadería y confitería; especias, cereales, legumbres, encurtidos y hierbas para infusiones; artículos de limpieza y bazar; tienda, lencería, marroquinería, perfumería y bijouterie; zapatería y zapatillería; librería, juguetería, cotillón y disquería; plantas naturales y artificiales.
A diferencia de lo que ocurre con las ferias que están establecidas de forma permanente que emergieron de las crisis económicas y en los últimos años se han puesto "de moda", las ferias itinerantes están reguladas por los Gobiernos Municipales del conurbano. En todos los distritos hay una “Dirección de Ferias y Mercados” o algún otro organismo con nombre parecido, que se encarga de otorgar los permisos y oficiar de contralor en estos espacios públicos. En líneas generales, hay normas que se implementan en todos lados: los permisos son de las personas, no de los puestos; y no existen los "fondos de comercio". Un permisionario puede transferir la habilitación a algún familiar directo, pero de ninguna manera lo puede vender.
Cada Municipio tiene establecido el máximo de puestos permitidos para cada feria (se estiman unos 30 puestos por cuadra), en función de las características del espacio en el que se emplaza la feria, contemplando el libre acceso y tránsito vehicular y peatonal del entorno inmediato.
En cuanto a su composición, cualquier persona que concurra asiduamente a una feria barrial itinerante, puede advertir que entre los feriantes existe una subjetividad que se ha ido transmitiendo de generación en generación. Se trata de un oficio en sí mismo: ninguna persona que tiene un puesto en una feria se considera a como “verdulero”, “pollero”, "pescadero", etc., sino que se definen en primer lugar como feriantes, y recién en segundo término se identifican con el oficio que han elegido o heredado ("verdulero", "pescadero", etc).
Los feriantes suelen estar agremiados y a nivel de empleo ocupan una zona gris bastante curiosa, ubicada entre el cuentapropismo y la precarización laboral. Están pauperizados pero no son pobres (de hecho, algunos están bien lejos de serlo).
Desde sus orígenes hasta la actualidad, se trata de espacios de encuentro comunal de vecinos, tal vez uno de los pocos que subsisten, dado que persiste el hábito de ir a la feria.
Se calcula que la diferencia de precios frente a los supermercados y los autoservicios representa un ahorro de alrededor del 15%, por eso las doñas van a la feria el día de la semana que toca cerca de sus casas. Claro está, son un lugar de socialización.
Tanto en el conurbano como en la CABA las ferias están distribuidas en distintos puntos de la del territorio y así se van turnando, los cinco días de la semana (porque por lo general trabajan de martes a sábado). En la Ciudad, donde desde hace años se tomó la decisión de no otorgar nuevos permisos, hay unas 12 por día. En el conurbano, obviamente, son menos, de acuerdo a la demanda y a la población de cada Partido.
En Avellaneda (donde sí trabaja una los lunes) hay un promedio de 5 ferias por día, al igual que en Lanús. En Quilmes el promedio es de entre 5 y 6, mientras que en Lomas de Zamora asciende a 8. En el oeste, Morón tiene un promedio de 3 por día (los sábados no hay, y sí hay una los lunes) y Tres de Ferbrero tiene unas 4 ferias diarias.
Agradecimientos: Dirección de Ferias y Mercados Municipalidad de Quilmes.
Dirección de Ferias Municipalidad de Avellaneda.
Dirección de Prensa Municipalidad de Morón.
Dirección de Ferias Municipalidad de Avellaneda.
Dirección de Prensa Municipalidad de Morón.
Comentarios
Ah,son 7 los circuitos que funcionan de martes a sábado. En total trabajan alrededor de 250 puestos.
Abrazo
Tal como sugerías, oportunamente visité el link de ferias de CABA. Las de Barracas y San Telmo, las más próximas a mi domicilio, son un chiste. Con dos y tres puestos respectivamente. Jaja
Un abrazo,
Carlos
amo la feria pero a veces hay tanta gente que me pudro y me voy
Yo me pregunto si los consultores privados van a medir ahí, el precio es sumamente mas barato que en verdulerías de CapiSIDA
no ponen lo mas importante dias y horarios y ubicacion de las mismas.