Cuando me mostró la bolsita, Papeluchi me juró que era de la "ri ri", que la había pegado en Talar, volviendo de un viaje. Yo pensé, como cada vez que Papeluchi viene con estas cosas, que la anécdota podía ser mitad verdad y mitad verso. De la ri ri era, aunque difícilmente viniera del Talar: los únicos viajes que Papeluchi puede hacer hasta el Talar son para ir a La Mónica. Ese auto de mierda no puede ir a Talar con pasajeros. Le tienen prohibido cruzar a Capital con gente arriba, así que menos va a poder atravesar la Ciudad entera y llegar a la zona norte. Conclusión: habrá ido a comprar a la IAPI, como siempre, solo que esta vez le sirvieron como la gente y no habrá dejado deudas. De la ri ri era.
Llegamos a la Rotonda de Burzaco a eso de las dos de la mañana. No me acuerdo la hora, se que era tarde. Paramos el coche frente a la Esso, y apagamos el motor y las luces para tomar en silencio (en el auto de Papeluchi, hasta las luces hacen ruido). Le pegamos dos saques cada uno, ayudados con el carné del Sindicato, o "La Gremial", como lo llama él. Después le entramos a una petaca de Old Smugler que había en la guantera y empezamos a charlar de no se que cosa. Mientras yo hablaba, Papeluchi permanecía concentrado en el culo de una travesti que salía del baño de la estación de servicio. Le dije que era un boludo, que no me estaba prestando atención.
Me contestó que no, que nada que ver, y que agarrara el ramo porque ya era la hora.
En el asiento de atrás, teníamos un ramo de lirios que Papeluchi había comprado esa tarde. Bajamos del auto (otra vez en silencio) y fuimos a dejar las flores en la plazoleta. Miramos al cielo, y nos prendimos un pucho para fumar a medias.
Habremos estado un par de minutos mirando la luna y escuchando el ruido de los cuatro ejes que nunca dejan de doblar en ese cruce de rutas.
Apagamos el cigarrillo cerca del ramo y dijimos los dos, él primero y yo después: -Chau Capi, que estés bien, nos estamos viendo.
Llegamos a la Rotonda de Burzaco a eso de las dos de la mañana. No me acuerdo la hora, se que era tarde. Paramos el coche frente a la Esso, y apagamos el motor y las luces para tomar en silencio (en el auto de Papeluchi, hasta las luces hacen ruido). Le pegamos dos saques cada uno, ayudados con el carné del Sindicato, o "La Gremial", como lo llama él. Después le entramos a una petaca de Old Smugler que había en la guantera y empezamos a charlar de no se que cosa. Mientras yo hablaba, Papeluchi permanecía concentrado en el culo de una travesti que salía del baño de la estación de servicio. Le dije que era un boludo, que no me estaba prestando atención.
Me contestó que no, que nada que ver, y que agarrara el ramo porque ya era la hora.
En el asiento de atrás, teníamos un ramo de lirios que Papeluchi había comprado esa tarde. Bajamos del auto (otra vez en silencio) y fuimos a dejar las flores en la plazoleta. Miramos al cielo, y nos prendimos un pucho para fumar a medias.
Habremos estado un par de minutos mirando la luna y escuchando el ruido de los cuatro ejes que nunca dejan de doblar en ese cruce de rutas.
Apagamos el cigarrillo cerca del ramo y dijimos los dos, él primero y yo después: -Chau Capi, que estés bien, nos estamos viendo.
No tuve la oportunidad de conocer personalmente a Capilla Anglada, pero conozco gente que sí, y se que a este Cordobés atorrante:
-Le gustaba mucho el laburo que tenía.
-Con cada pesito que ganaba ayudaba a su abuela (la "javie" como la llamaba él), que lo había criado y lo bancaba siempre.
-Era más fanático de River que del Ferné y las minas... bueh, que las minas no sé.
-Como muchos cordobeses, había venido a Buenos Aires a trabajar, y aunque vivía en el Bajo Flores, pasaba mucho tiempo en el GBA y se había hecho un Conurbano de ley.
-Con cada pesito que ganaba ayudaba a su abuela (la "javie" como la llamaba él), que lo había criado y lo bancaba siempre.
-Era más fanático de River que del Ferné y las minas... bueh, que las minas no sé.
-Como muchos cordobeses, había venido a Buenos Aires a trabajar, y aunque vivía en el Bajo Flores, pasaba mucho tiempo en el GBA y se había hecho un Conurbano de ley.
Gracias Héctor. Se me ocurrió que era el mejor homenaje que te podía hacer.
Comentarios
muy bueno el post, compañero
Yo también cada tanto lo veo en Campeones, o en Pizza, Birra y Faso.